LOS CUATRO ACUERDOS

 

Hoy te quiero hablar de un libro de Miguel Ruiz basado en la filosofía tolteca. Se trata de Los 4 acuerdos.

Existen una serie de acuerdos que tenemos desde que nacemos porque no los elegimos, nos vienen dados: La lengua en la que hablas, el lugar donde vives, tu familia, etc…

Haces acuerdos con tus padres, tus hijos, tu familia, con la sociedad y esos acuerdos definen quién eres.

Si no nos gusta nuestra vida, si queremos cambiar no te queda otra que cambiar esos acuerdos que tenemos de serie.

Te voy a enumerar e intentar explicar los cuatro acuerdos que nos propone Miguel Ruiz:

El primer acuerdo al que debemos llegar con nosotros mismos es SER IMPECABLE CON NUESTRAS PALABRAS.

No debemos utilizar nuestras palabras para hacer daño (cualquier tipo de daño), ni a los demás ni a nosotros mismos, eso implica no criticar a nadie, no hablar mal de nadie porque lo que conseguimos realmente es tirarnos piedras sobre nuestro tejado. Si hacemos que alguien se sienta mal con nuestras palabras lo que conseguimos es que esas palabras vuelvan a ti como un boomerang a través del odio que generas a la otra persona hacia a ti. Hablarnos mal a nosotros mismos tampoco es un buen negocio porque hace que te sientas mal contigo mismo. Expresiones como “¡Que torpe soy!”, “Estoy gordo” o cosas por el estilo sólo hacen que alimentar el malestar con  nosotros mismos y alimentan lo que podríamos llamar autoanimadversión.  Es por eso de deberíamos cambiar nuestra manera en la que nos comunicamos con los demás y con nosotros mismos. Reparte cariño al hablar y date cariño al hablarte a ti mismo, eso nos ayuda a generar buen rollo con los demás y con nosotros mismos.

El segundo acuerdo del cual nos habla el libro es; NO TE TOMES NADA PERSONALMENTE.

Sean cosas buenas o malas, nunca deberíamos tomárnoslas de una manera personal.

Cuando alguien dice algo malo de nosotros, nos critica, realmente lo que se nos muestra es que esa persona habla según a sus creencias, valores y desde sus propios pensamientos. No tiene nada que ver con nosotros, no es culpa nuestra. Sólo nos toca compadecernos de ella por no haber cambiado los acuerdos que contrajo cuando nació. No somos responsables de los actos de los demás, sólo de los nuestros.

NO HAGAS SUPOSICIONES.

Es el tercer acuerdo del que se nos habla en el libro. Hacer suposiciones hace que acabemos hablando mal de alguien, cosa que contradice el acuerdo número uno.

No debemos juzgar nunca a nadie ni a nada. Tendemos a juzgar a las personas sin conocerlas. Las suposiciones repetidas hacen que acabemos por creerlas y acabaremos aceptándolas como verdad.

La solución para no hacer suposiciones es preguntar. Siempre hay una respuesta para una pregunta, suponer es rellenar “tu respuesta” a partir de tus propios valores y creencias que como ya hemos dicho son diferentes a los de los demás.

 

Y por último, el cuarto acuerdo que debemos tener con nosotros mismos: HAZ SIEMPRE LO MÁXIMO QUE PUEDAS.

La perfección no existe y si la buscamos acabaremos aumentando las posibilidades de frustración.

Si hacemos lo mínimo no le estamos sacando partido a nuestro potencial. Debemos siempre dar el máximo para sentirnos realizados con nuestros actos y con nuestra vida.

Salir de nuestra zona de confort nos permite llenarnos de energía, nos va a permitir dejar de pensar en la meta final y va a hacer que nos centremos y disfrutemos del camino para conseguir un rendimiento superior en todos los aspectos de la vida. Demos, pues, siempre el 100%.

Somos dueños de nuestra vida, de nuestras decisiones y de como nos afectan las opiniones y comentarios de los demás.

Estos son los 4 acuerdos de los que nos habla Miguel Ruiz en su libro, 4 acuerdos que si los convertimos en hábitos harán que tengamos una mejor calidad de vida y mejorará nuestras relaciones con los demás y, sobre todo, con nosotros mismos.

¿Lo probamos?

¿QUIÉN SE HA LLEVADO MI QUESO?

 

¿QUIÉN SE HA LLEVADO MI QUESO?

Algunos de vosotros me habéis pedido que comparta material inspirador y después de compartir hace unas semanas el libro “El gran horizonte. Cómo aprovechar las oportunidades en un mundo cambiante” de Adolf Tudó y Ramón Carreté, hoy os quiero hablar de un libro de Spencer Johnson titulado “Quien se ha llevado mi queso” cuyo subtítulo es : Cómo adaptarnos a un mundo en constante cambio.

Lo primero que quiero destacar es la similitud entre los subtítulos de ambos libros y es que el mundo cambia constantemente y es muy importante saberse adaptar.

El mensaje principal del libro es el hecho de perseguir lo que quieres. El libro es una fábula que vas a leer en poco tiempo y trata de la vida de dos ratones y dos liliputienses que viven en un laberinto persiguiendo queso.

Un mensaje muy simple que te hace entender que a veces los más importante es lo más simple.

Los ratones se mueven por instinto, sin complicarse la vida, huelen el queso y van a por él. Cuando el queso cambia de sitio, ellos, los ratones, están preparados para el cambio y se mueven para encontrarlo. Los liliputienses, en cambio, son algo más complejas. A menudo nuestra mente se vuelve en nuestra contra. El ser humano, representado por los liliputienses en la historia, nos complicamos demasiado las cosas. Existen dos tipos de personas, los que que aprenden a utilizar la capacidad de la mente en su propio beneficio y los que usan esa herramienta (el cerebro) para autosabotearse.

Una de las lecciones que nos da la historia es que tendemos a olvidar la actitud que nos permite conseguir lo que queremos. En la historia los cuatro personajes empiezan a corretear para encontrar el lugar donde está el queso. Pero, mientras los ratones están pendientes a los posibles cambios, los humanos desarrollan una manera de actuar como si el cambio no se fuera a producir nunca y se apalancan y se olvidan de que lo que les llevó a encontrar el queso fue su actitud de querer explorar, su voluntad de mejorar constantemente.

Los tiempos cambian, cambian las circunstancias y no siempre una vez conseguido lo que buscábamos lo tendremos para siempre.

Piensa siempre en la actitud que tenías hasta conseguir lo que querías, y estate siempre alerta y con la actitud necesaria para adaptarte a los cambios que, con toda seguridad, habrá en tu vida.

No tienes derecho a nada, pero tienes la posibilidad y la obligación de luchar por lo que quieres sin quejarte, sin patalear, sin preguntarte constantemente quien se ha llevado tu queso.

Conclusión: No le tengas miedo al cambio, sigue mejorando y lucha por lo que quieres. No te centres en lo que puedes perder sino en lo que puedes ganar. Arriésgate!

Hay un momento en la historia en que uno de los liliputienses se pregunta cómo es posible que se sienta tan bien cuando empieza a moverse para encontrar queso, aunque aún no lo ha encontrado. Y es que, hay que disfrutar del viaje, hay que disfrutar del proceso de búsqueda de tus sueños. En el momento de que quieras algo en tu vida y empieces a moverte para conseguirlo te vas a sentir mejor mientras estar en el proceso.

Es posible que ya hayas leído este bestseller de Spencer Johnson, pero si no lo has leído, te recomiendo que lo hagas, estoy seguro que te será de gran ayuda para plantearte muchas cosas importantes de tu vida.

EL ENUNCIADO DE MISION. ¿QUÉ ÉS Y PARA QUÉ SIRVE?

 

EL ENUNCIADO DE MISION. ¿QUÉ ÉS Y PARA QUÉ SIRVE?

Hoy te quiero hablar de uno de los temas que me ha tenido ocupado durante semanas, casi me atrevería a decir que meses y claro, me gustaría compartirlo contigo por si te puede servir de ayuda. Se trata del Enunciado de misión?

Pero, ¿Qué es eso del enunciado de misión?.

El término enunciado de misión lo he extraído de uno de los libros que me ha hecho cambiar mi manera de ver las cosas, tanto a nivel personal como a nivel profesional, se trata de “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva” de Stephen R. Covey, pero tengo que decir que, aunque denominado de manera diferente, he podido leer acerca de ello en otros muchos libros.

Igual que las empresas realizan planes estratégicos para que ésta llegue a buen puerto, tú puedes hacer lo mismo en tu vida personal, social i/o profesional y a esos “planes estratégicos” vamos a llamarle “enunciados de misión”. Es tan fácil o tan difícil que “fabricarte un motor de búsqueda de vías para alcanzar desde tus sueños más pequeños a los más grandes”. Algo así como una Constitución personal, unas normas que te hagan acercarte cada día un poco más a tus objetivos. Una hoja de ruta que te llevará desde donde estás ahora hasta donde quieras estar (o ser). Una hoja de ruta que te permitirá tomar decisiones con más seguridad, puesto que las tomarás con un fin en mente, una especie de guion de tu vida para conseguir los resultados que te propongas, un guion de una obra de teatro en la que tu eres el protagonista y lo que es más importante, el director. Tu eres el barco y el capitán a la vez, y debes conducirlo a un puerto seguro.

Toda persona tiene su propia misión o vocación en la vida, se trata de encontrarla buscando un significado y tomar acción para ponerla en marcha de forma proactiva para cumplir los sueños.

Para ello, para tomar acción, hay que aceptar la responsabilidad personal y actuar en consecuencia, siguiendo el guion de tu enunciado de misión.

Crear tu enunciado de misión no es algo fácil, puede llevarte días, meses o incluso años. Requiere una introspección minuciosa, concreta y profunda para poder hacer un análisis y saber, ciertamente, desde donde partes y a donde quieres llegar.

LADRONES DE TIEMPO INTERNOS

 

Ladrones de tiempo internos

En otros posts te he hablado de diferentes ladrones de tiempo como son el correo electrónico, las redes sociales y las diferentes interrupciones que se presentan mientras se supone que debes estar concentrado en tu tarea. Podríamos decir que se trata de ladrones externos, es decir, que las distracciones provienen de factores externos. Es cierto que podríamos enumerar muchos más, pero vamos a quedarnos con estos que son los que creo que nos ocupan más tiempo.

Pero, sin duda existen otros factores que hacen que no seamos todo lo productivos de podríamos ser si los tuviéramos controlados y son los ladrones de tiempo internos.

¡Ahí van unos cuantos!

1.     La falta de organización: No organizar tu semana puede suponer una pérdida de tiempo importante, de repente puedes encontrarte como un barco a la deriva, sin objetivos claros es imposible llegar, porque claro, no sabes donde vas… Es importante mantener una agenda actualizada, mantener un orden y establecer prioridades, en definitiva, dedicar tu tiempo a las cosas importantes. Stephen R. Covey, en su libro “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva” lo resume como el cuadrante 2. Establecer primero lo primero te permitirá llegar a las tareas más importantes y tener más tiempo para las tareas que requieren menos dedicación. Recuerda que el tiempo es igual para todos y para ser más efectivo sólo tienes que gestionarlo de la mejor manera posible.

2.     La procrastinación: La procrastinación es el “arte de aplazar tareas importantes”.  Al dejar para mañana lo que puedes hacer hoy haces que esas tareas importantes mañana sean urgentes lo que podría llevar a hacerlas rápido y mal, y claro, como se han convertido en urgentes, postergas otras tareas importantes y así sucesivamente. Total, un desastre que no hace más que hacerte perder tu preciado tiempo. Debes cumplir con las tareas que te has propuesto.

3.     Aplazar la toma de decisiones: Implica renunciar a ciertas cosas y siempre existe el miedo a equivocarse, es importante tomar acción, y añado: es mejor dejarlo hecho que perfecto.

Mientras esa decisión da vueltas por tu cabeza, a parte de que no la estás haciendo, te genera estrés y preocupaciones que no tendrías si ya hubieras tomado acción.

 

4.     La mala comunicación: Al dar rodeos a la hora de decir las cosas puede llevar a dejar conceptos poco claros que hacen que tu tarea se alargue más de la cuenta. Es importante ser lo más claro y específico posible para ahorrar tiempo y evitar consultas posteriores. Escucha los encargos que te hacen, toma notas si es necesario y no des por finalizada la conversación hasta tener claros todos los puntos.

Estoy seguro de que existen otros ladrones de tiempo que hacen que no seas todo lo efectivo que te gustaría ser, por eso, una buena recomendación sería que observaras y analizaras tu día a día para identificarlos y poder buscar soluciones para evitarlos.

LADRONES DE TIEMPO (II). INTERRUPCIONES

Seguimos con esas cosas que te hacen perder tiempo…

Otras de las cosas que evitan que postergues las cosas importantes de tu día a día en tu vida personal o en el trabajo son, sin lugar a dudas, las interrupciones. Esas llamadas inesperadas o incluso visitas que hacen que dejes lo que estás haciendo y dediques tu valioso tiempo a ellas.

Es cierto que pueden ser llamadas o interrupciones que puedan requerir tu atención inmediata, debes ir a la escuela a buscar a tu hijo/a porque se ha puesto enfermo, atender a un mayor, etc…

Por eso, es importante que valores si esa urgencia requiere tu atención inmediata, si no es así puedes establecer otro momento para atender la petición. Hay que tener en cuenta que ese tipo de peticiones suelen ser urgentes para la persona que la solicita y es tu tarea valorar el grado de urgencia de la misma.

Existen barreras para evitar interrupciones. Una de ellas es apagar el teléfono para evitar interrupciones. Puedes establecer un tiempo determinado en el cual no contestaras llamadas, no atenderás a las notificaciones ni mirarás el correo electrónico, todo con el fin de mantener la concentración y el enfoque en la tarea que estás realizando en ese momento. Otra de las barreras efectivas es cerrar la puerta de tu lugar de trabajo, si estás en la oficina, puedes crear una especie de código con tus compañeros de trabajo, cuando la puerta está cerrada no te pueden interrumpir o incluso puedes acordar simplemente que no te interrumpan en un horario determinado.

Las ventajas de decir NO.

Posiblemente seas de las personas que una vez por semana organices tu agenda con el fin ser más productivo en tu trabajo y disfrutar más de tu vida personal, social y familiar. Es posible que durante la semana surjan situaciones en las que podrías variar tu agenda, pero esas situaciones podrían hacer que postergases las actividades que te habías programado y que luego no pudieras cumplir con lo que te habías propuesto.

Pues… ¡¡¡ DI, NO!!!

Volvemos al punto anterior donde te recomendaba establecer otro momento para atender la petición. Supongamos que entre la semana, alguien te invita a ir al cine. Di, ¡¡NO!! En el caso que coincida con alguna de las tareas que habías programado, siempre puedes acordar con la persona ir al cine en otro momento. Como me gusta decir: Haz primero lo primero. Al fin y al cabo, el cine continuará ahí y podrás ir cuando hayas acabado lo que te habías propuesto acabar y puedes estar seguro/a que en ese momento disfrutarás más del momento sin pensar que deberías estar haciendo alguna otra cosa.

Existen muchos ladrones de tiempo, en este post y en el anterior te he hablado de algunos, pero no son los únicos, hay más. Mi intención con la mención de algunos de ellos es que consideres primero hacer las cosas importantes para después poder hacer las demás cosas sin agobios y sin ese sentimiento de culpa que, a veces, tenemos cuando decidimos hacer algo cuando deberíamos hacer otra cosa.

Estos son ladrones de tiempo externos, en los próximos post os hablaré de otro tipo de ladrones de tiempo, los internos, que son, si cabe, los más difíciles de evitar.

 

LADRONES DE TIEMPO (I). CORREO ELECTRÓNICO Y REDES SOCIALES

 

Hoy os quiero hablar de cómo ser más productivo, tanto en el trabajo como en tu vida personal, o mejor dicho de que no hacer para que tu productividad no se vea afectada.

En otro post os hablé de como organizar y gestionar el tiempo (os dejo el enlace), pero hay veces que, por mucho que queramos organizarnos y llevar a cabo las tareas que nos hemos propuesto, acontecimientos inesperados pueden impedírnoslo. Bien, inesperados quizás no será la palabra…

Para empezar, os hablaré de uno de los ladrones de tiempo que puede hacer que lo que nos hayamos propuesto se retrase o incluso haga que pospongamos lo que realmente es importante, se trata del correo electrónico. Muchos de nosotros (hasta hace un tiempo me incluyo) una de las primeras cosas que hacemos, incluso antes de ponernos a realizar cualquier tarea, en casa o en el trabajo, es mirar el correo. Esto puede hacer que, aunque, como marcan los cánones de gestión de tiempo, nos hayamos planificado el día, hayamos repasado la agenda el día anterior, etc. Puede incurrir a que modifiquemos nuestra planificación diaria. Me explico: Imagina que, una vez a la semana te ocupas de organizar tu agenda con lo que has invertido parte de tu tiempo, y al final del día, has invertido otro momento a repasar las tareas del día siguiente, te vas a dormir, y cuando te despiertas, lo primero que haces es mirar tu correo electrónico, encuentras algún mensaje al que debes responder y, lo haces. Obviamente esto te ocupa un tiempo el cual, ni habías previsto cuando te organizaste la semana ni cuando repasaste tus tareas el día anterior, un tiempo que hace que pospongas tus tareas agendadas, con lo que… ya vas tarde. Incluso hay quien, además del correo revisa sus redes sociales con lo que aún posponemos más las tareas realmente importantes, lo que, con buen criterio organizamos y agendamos invirtiendo tiempo en su momento.

Mi manera de organizarme en ese sentido es agendar momentos durante el día para revisar y contestar los correos e incluso revisar las redes sociales sin que ello implique salirme de mi guion diario. Para ello, otra cosa importante es deshabilitar las alertas del teléfono móvil para evitar la tentación de mirar y contestar esos mensajes que la mayoría de veces no son importantes y que sólo te roban el tiempo. Sin duda, es una acción que te ayuda a manejar mejor tu tiempo aprovechándolo y te da la satisfacción de ver como eres dueño de tu tiempo, nada ni nadie elige el momento en que revisas tu correo o tus redes sociales, solo tu eliges el momento en que debes ocupar tu tiempo a esa tarea.

También considero importante el dedicar el tiempo al cien por cien en la tarea que estoy realizando, sin distracciones, ocupando mi tiempo a una sola cosa a la vez, sin notificaciones, sin llamadas, sólo una cosa a la vez. Esto me permite mantener la concentración en lo que estoy haciendo de manera que, además de ser más efectivo y productivo me permite acabar antes para poder ponerme en la tarea siguiente y cumplir con lo que me he propuesto. Sin duda existen otros ladrones de tiempo, pero hablaremos de ellos en otra ocasión.

EL GRAN HORIZONTE. COMO APROVECHAR LAS OPORTINIDADES EN UN MUNDO CAMBIANTE

Hoy te quiero recomendar un libro que vale la pena leer.

El gran horizonte es una fábula que te hace reflexionar sobre el papel que la globalización, los mercados, las empresas y cada uno de nosotros como individuos tenemos en este mundo global. Mediante la vida de unos delfines los autores, Adolf Todó y Ramón Carreté nos hacen entender la importancia que tienen la capacidad de adaptación, la responsabilidad social, el trabajo en equipo, entre otros conceptos, tienen en un mundo global.

La búsqueda de oportunidades es otro de los conceptos importantes que se explican en esta fábula. En tiempos de crisis, en momentos complicados en la vida de cada uno de nosotros, la -digamoslo así- valentía, las ganas de seguir adelante, de marcarse metas vitales y luchar por ellas como parte importante de la vida de cada uno, superando las dificultades que te aparecen en el camino que te lleva a conseguir tus metas.

Los valores y actitudes necesarias y que muchas veces olvidamos pero que siempre deberíamos tener en cuenta para mantenernos motivados y para conseguir nuestros objetivos vitales, teniendo siempre en mente las dificultades, los escollos que uno tiene que superar para conseguir lo que se quiere. Sin olvidar la importancia del trabajo en equipo.

Es sin duda, un libro que todos deberíamos leer.

Aprovecho para comentarte que, de vez en cuando, es mi intención recomendarte algún libro que considero que contribuye o puede contribuir a cambiarnos la vida. Sin duda, los hay.

 

GESTION DEL TIEMPO. COMO ORGANIZAR TU AGENDA

 

Recuerdo, no hace mucho, que aunque siempre he pensado que llevaba a cabo una buena gestión de mi tiempo, me di cuenta que no era así. Aunque en mi agenda laboral tenía todas las horas ocupadas y acababa el día con todas las tareas realizadas, apenas tenía tiempo para mi vida personal, aficiones, relaciones sociales, etc.

Fue entonces cuando decidí pensar en cómo optimizar mi tiempo y conseguir así ser más efectivo en el trabajo y al mismo tiempo tener más tiempo libre para salir a cenar, tomar una copa, ir al futbol, etc.

Una de las herramientas que desde hace tiempo uso para planificar mi trabajo es sin duda la agenda de Google, Google Calendar. Una herramienta que me permite planificar mis visitas del trabajo sin que se me pase ninguna y saber a qué hora tengo la primera y la última visita del día. Google Calendar te permite organizar tus actividades, pero… ¿Cuál es la mejor manera de organizarte?

En primer lugar una de mis sugerencias es que “pierdas un rato” organizando tu semana. Yo, normalmente lo suelo hacer los domingos o los lunes por la mañana. Previamente, durante la semana anterior he anotado las tareas que me han ido surgiendo (más adelante os hablaré de otra herramienta muy útil) y es entonces cuando les busco un hueco en mi agenda para llevarlas a cabo en función de su importancia y su prioridad. Es importante agendar “tus momentos”, es decir, esos momentos que necesitas para hacer tu rutina de entrenamiento matinal, tus momentos de lectura, en definitiva, esos momentos que te los dedicas exclusivamente a ti.

Otra de les cosas que tienen su importancia para optimizar tu tiempo es organizar tu agenda por bloques, me explico, si tienes que desplazarte a otra ciudad para realizar alguna actividad intenta aprovechar para hacer otras cosas en las que sea necesario desplazarte a esa ciudad para realizarlas. Eso es sólo un ejemplo.

Algunas personas hablan de “las rocas”, estas rocas son los asuntos que deben marcar tu día, esos asuntos que tienes que resolver en primer lugar para poder seguir tus propósitos diarios sin preocuparte de que “hay algo importante de debería haber hecho y lo tengo pendiente”, sin duda, si no lo resuelves te irá persiguiendo durante todo el día.

En Google Calendar existe la posibilidad de crear recordatorios, úsalos, te serán de gran utilidad. Un ejemplo: Debes hacer un pago en un día determinado, crea un recordatorio para que no se te pase.

Te comentaba que existe una herramienta que a mi me resulta muy útil, esa herramienta no es otra que una aplicación, Keep Google. Esta aplicación te permite, entre otras cosas, anotar esas ideas o cualquier cosa que recuerdes en ese momento en tu teléfono móvil para después poder verlas en tu ordenador en cuanto entras en tu Google Calendar. Además, te permite anotarlo usando notas de voz que se transcriben automáticamente.

Te aseguro que con una buena gestión de tu agenda puedes optimizar tu tiempo y seguro que llegas a todo sin estresarte sabiendo que cualquier cosa tiene su momento en tu agenda.