Ladrones de tiempo internos
En otros posts te he hablado de diferentes ladrones de tiempo
como son el correo electrónico, las redes sociales y las diferentes
interrupciones que se presentan mientras se supone que debes estar concentrado
en tu tarea. Podríamos decir que se trata de ladrones externos, es decir, que
las distracciones provienen de factores externos. Es cierto que podríamos
enumerar muchos más, pero vamos a quedarnos con estos que son los que creo que
nos ocupan más tiempo.
Pero, sin duda existen otros factores que hacen que no seamos
todo lo productivos de podríamos ser si los tuviéramos controlados y son los
ladrones de tiempo internos.
¡Ahí van unos cuantos!
1.
La falta de organización: No organizar tu semana puede suponer una pérdida de tiempo
importante, de repente puedes encontrarte como un barco a la deriva, sin
objetivos claros es imposible llegar, porque claro, no sabes donde vas… Es
importante mantener una agenda actualizada, mantener un orden y establecer
prioridades, en definitiva, dedicar tu tiempo a las cosas importantes. Stephen
R. Covey, en su libro “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva” lo resume como
el cuadrante 2. Establecer primero lo primero te permitirá llegar a las tareas
más importantes y tener más tiempo para las tareas que requieren menos
dedicación. Recuerda que el tiempo es igual para todos y para ser más efectivo
sólo tienes que gestionarlo de la mejor manera posible.
2.
La procrastinación: La procrastinación es el “arte de aplazar tareas importantes”. Al dejar para mañana lo que puedes hacer hoy
haces que esas tareas importantes mañana sean urgentes lo que podría llevar a
hacerlas rápido y mal, y claro, como se han convertido en urgentes, postergas
otras tareas importantes y así sucesivamente. Total, un desastre que no hace
más que hacerte perder tu preciado tiempo. Debes cumplir con las tareas que te
has propuesto.
3.
Aplazar la toma de decisiones: Implica renunciar a ciertas cosas y siempre existe el miedo
a equivocarse, es importante tomar acción, y añado: es mejor dejarlo hecho que
perfecto.
Mientras esa decisión da vueltas por
tu cabeza, a parte de que no la estás haciendo, te genera estrés y
preocupaciones que no tendrías si ya hubieras tomado acción.
4.
La mala comunicación: Al dar rodeos a la hora de decir las cosas puede llevar a
dejar conceptos poco claros que hacen que tu tarea se alargue más de la cuenta.
Es importante ser lo más claro y específico posible para ahorrar tiempo y
evitar consultas posteriores. Escucha los encargos que te hacen, toma notas si
es necesario y no des por finalizada la conversación hasta tener claros todos
los puntos.
Estoy seguro de que existen otros ladrones de tiempo que
hacen que no seas todo lo efectivo que te gustaría ser, por eso, una buena
recomendación sería que observaras y analizaras tu día a día para
identificarlos y poder buscar soluciones para evitarlos.

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