Dicen que “Una
semana mal planificada es una semana mal ejecutada”
Después de mucho
tiempo, entendí que era fundamental planificar mi semana de trabajo para ser
realmente productivo a nivel profesional y también a nivel personal.
Es lunes por la
mañana y analizo los viajes que debo hacer para reunirme con mis clientes, las
reuniones con los mismos, dejando espacio libre para cualquier imprevisto. Una
vez he ordenado mi semana de trabajo en la calle, es decir, haciendo visitas a
clientes, y me he reservado algo de tiempo para tareas administrativas, vuelco todas las tareas que he ido acumulando
durante la semana anterior en mi lista de tareas, ordenándolas por nivel de
importancia.
En este punto debo
decir, que a menudo, se crean temas que hay que resolver en el mismo día y
obviamente hay que resolverlos con celeridad con lo que esos temas ya no están
en mi lista de tareas.
Sigo...
Una vez ordenadas
esas tareas que se han ido acumulando hay que darles tiempo efectivo para
resolverlas pasándolas a la agenda, asegurándote que a todas les has dado un tiempo
especifico. Se realista con el tiempo, si calculas que una tarea determinada va
a necesitar 30’, dale 40, por ejemplo, de este modo no se solaparan una tarea con otra,
cosa que te crearía cierto nerviosismo y quizás frustración.
Bien, ya hemos
planificado y le hemos dado el tiempo necesario durante la semana para
asegurarnos de realizar todo lo que concierne a tu actividad laboral.
Pero...¿y los
temas personales?
De antemano me
reservo tiempo para actividades de desarrollo personal y formación como entrenar, leer un libro, escribir este
blog, etc... El tiempo necesario para estas tareas ya está reservado de
antemano en mi agenda, puesto que las considero tareas recurrentes y se repiten
semana tras semana.
Aunque pueda
parecer frívolo, creo que es importante reservarse tiempo para la vida social,
dando el tiempo adecuado a las circunstancias, siempre y cuando sean
actividades que te permitan programarlas, como por ejemplo, salir de cañas con
los amigos y darle tiempo de calidad a los hijos, familia y pareja.
Es una manera, que
repito, aunque parezca frívola, te permite disfrutar de esas actividades sin
pensar que deberías estar haciendo otra cosa y te permite disfrutar de esos
momentos.
Por último, no
olvides reservarte tiempo para ti: salir
a caminar, prepararte un baño de espuma, leer un libro que no tenga que ver con
tu formación como vendedor, meditar, tomar un café contigo mismo, ver tu
programa favorito, etc... son actividades importantes que debes tener en cuenta
a la hora de planificar tu semana. Chequea diariamente tu agenda por si ha
sufrido cambios y para saber en todo momento donde tienes que poner el foco.
Recuerda: una
semana mal planificada es una semana mal ejecutada.
Y tu... ¿Cómo te
organizas? Escríbelo en los comentarios del post, estaré encantado de leerlos.
¡¡¡Buena venta!!!
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