27 enero 2022

¡ Miedo me da!






 

¡Miedo me da!. Miedo me da saludar al cliente con la habitual expresión: Hola, ¿Qué tal?.

Una de las cosas que e enseñan en los cursos de ventas es cómo desprender optimismo y cierta alegría al cliente, se supone que el cliente debe alegrarse de verte, pero, ¿ qué pasa cuando utilizas esta habitual expresión?. La respuesta te puede llevar a sitios insospechados, a conversaciones que te llevan donde jamás hubieras querido llegar. Nunca sabes lo que te responderá el cliente y la dificultad de salir del jardín donde puedes haber entrado.

En los tiempos que estamos atravesando más vale no hacer ciertas preguntas aunque sean un simple formalismo, la pandemia, la crisis económica suelen ser temas de los que el cliente siente la necesidad de hablar y de expresar sus opiniones. Así que, si  o quieres tener que lidiar con conversaciones y situaciones incómodas, evita preguntar ¿ qué tal?.

Creo innecesario decir que me he encontrado en situaciones incómodas por hacer la "preguntita", que aunque repito, es una expresión cordial, inocente y habitual me ha llevado a tener que buscar la manera de cambiar el tema de la conversación y encauzarla hacia el motivo de mi visita, cosa que a veces, me ha resultado bastante difícil por la energía en que el cliente en cuestión se explayaba explicándome lo difícil que es atraer clientes, el poco rendimiento de su trabajo, la poca facturación, que si es tiempo de pagar impuestos y un largo etcétera que uno aguanta estoicamente como un campeón. Y si además, eres capaz de encauzar la conversación hacia donde la querías llevar eres un vendedor de "Champions League".

Te aseguro que he aprendido la lección y he considerado seriamente cambiar de saludo al encontrarme con el cliente.

Mi consejo: Busca un saludo que no comprometa la visita y que te permita no desviarte de tu cometido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario