Las habilidades relacionadas con el liderazgo hablan de
vendedores con gran empatía y grandes dotes de comunicación, con las ideas
claras, seguros de sí mismos y con conocimientos técnicos que hacen que sean
grandes enseñantes en la materia que los ocupa.
Se dice que quien no lidera su vida se hace víctima de ella.
Cuando somos víctimas de la realidad porque no sabemos cómo
hacer que nuestro día mejore, porque queremos, por lo que sea, pero el caso es
que somos víctimas. En estos casos es necesario saber si realmente estamos
dirigiendo nuestra vida y cómo lo estamos haciendo. Es muy posible que si no
somos nosotros quienes dirigimos nuestra vida alguien lo está haciendo por
nosotros.
A veces el carácter que tenemos, o creemos tener, según qué
cosas: llevar los asuntos de casa, liderar un grupo de trabajo o defender tus
intereses cuando hace falta, no lo utilicemos para liderar nuestra propia vida.
Liderar está relacionado con un intenso trabajo en uno mismo
que nos permite pistar fuerte a cada paso.
No importa lo que cueste, si nos resulta fácil o más
difícil, lo que hace falta es convertirnos en líderes, tanto por los demás como
por nosotros mismos.
Ahora bien. ¿Cómo liderar nuestra vida, nuestras
circunstancias, nuestras decisiones, nuestros actos...? La respuesta es obvia.
Es necesario tener las cosas claras.
En mi caso, pensé que lo mejor era marcarme unos objetivos
claros, a veces estos objetivos, a priori, están muy lejos, tanto al tiempo
como a la consecución de los mismos. Por tanto, dividí estos objetivos en unos
más pequeños, asumibles a corto o medio plazo para poder medirlos y evaluarlos,
como si fuera un plan estratégico a seguir para llegar a la meta. Cabe decir
que no estoy hablando sólo en un terreno profesional, sino también a nivel
personal.
En definitiva, si no eres capaz de liderar tu vida te será
imposible liderar a otras personas y te será difícil llegar a donde quieres
llegar como vendedor. El autoliderazgo está muy relacionado con el
autoconocimiento o el conocimiento de tu propia persona. El hecho de conocerte
a ti mismo es clave para poder desarrollar tus habilidades de líder, tanto con
los componentes de tu equipo de ventas como con tus clientes y también con tu
familia.
El autoliderazgo te hace tomar las riendas de tu vida y te
hace responsable de poder hacer realidad tus metas, tus objetivos conscientes
de tus capacidades y tus limitaciones y te anima a modificar aquellos aspectos
de tu vida (hábitos, conductas, pensamientos y acciones) que no te aportan lo
que necesitas para conseguir el éxito deseado.
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