Hay diversas circunstancias en las que nos podemos encontrar
en un equipo de ventas. Y digo circunstancias como podría decir situaciones,
pero en ningún caso me gusta llamarlos problemas.
Hay vendedores que trabajan por su cuenta, se hacen con una
cartera de productos y se echan a la calle a comercializarlos, en cambio, hay
vendedores que forman parte de un equipo de ventas. A estos es a quien va
dirigido este artículo.
He formado parte de algunos equipos de venta en mi carrera
como vendedor y, créeme, muy distintos entre sí, pero con un rasgo común. En
algunas ocasiones, el equipo era todo, pero te puedo asegurar que no era un
equipo.
El oficio de vendedor, tradicionalmente, siempre ha sido un
oficio solitario, yo, mis documentos, catálogos y mis clientes… en muchas
ocasiones te las tienes que arreglar tu solo para solucionar algún conflicto
con un cliente, pero la costumbre y, sobre todo la experiencia, hace que en la
mayoría de las situaciones salgas airoso de la situación.
Bajo mi punto de vista, la comunicación con los compañeros
que forman el equipo debe ser fluida, interactuando entre sí para que los
resultados del equipo mejoren y, sobre todo, para mejorar los propios
resultados del vendedor.
Existen organizaciones que, tras darle al vendedor el
material necesario para salir a la calle, ni se preocupan por la comunicación
de sus comerciales, en muchos casos los vendedores veteranos ayudarían a los
más noveles a desenvolverse dentro de la empresa y de la profesión y, los más
noveles aportarían nuevas ideas a los veteranos, que muchas veces quedan
estancados en sus conocimientos. Prueba de ello, y no quiero extenderme en este
tema, es la implementación de sistemas informáticos en las empresas. He conocido
vendedores que no pasaban del bloc de pedidos y el bolígrafo.
El intercambio de información es vital para un mejor
funcionamiento de cualquier red de ventas.
En mi opinión, la riqueza que se obtiene con la comunicación
entre vendedores es fundamental para seguir dando pasos adelante y conseguir el
crecimiento deseado.
En otra ocasión escribiré sobre cómo los vendedores que no
pertenecen a equipos de venta pueden hacer para poder intercambiar información
con otros comerciales y salir ganando con ello.
Como siempre, esto es solo una opinión después de hablar con
vendedores que confiesan sentirse “solos ante el peligro”. Sin duda la práctica
del trabajo en equipo llevaría a los equipos de venta a otro nivel.
Pero la comunicación no debe quedar aquí. Mantener reuniones
periódicas con el director de ventas para exponer las diferentes circunstancias
que hacen que el vendedor y el equipo ventas puedan no avanzar también adquiere
relevancia para la obtención de los resultados que cualquier vendedor, equipo
de ventas y empresa desean.
Desde aquí animo a esos directores de equipos a ponerlo en
práctica, si no lo hacen ya, estoy seguro de que las cosas cambiarían y harían
de sus vendedores unos mejores profesionales.


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